A punto de cerrar los trabajos de análisis y diagnóstico, el Plan Verde se adentra en la fase propositiva

La primera fase del Plan Verde y de la Biodiversidad de València está a punto de darse por cerrada tras seis meses de trabajo. Con el fin de extraer un diagnóstico sobre la situación actual de la infraestructura verde y la biodiversidad en la ciudad, la labor en esta etapa se ha focalizado en recabar información, analizarla, procesarla y sistematizarla

 

El equipo redactor, apoyado por el grupo motor (en particular por los servicios técnicos del Ayuntamiento) y otras personas profesionales del ámbito, destaca de este proceso el trabajo de búsqueda de información documental y bibliográfica. El intenso trabajo de campo ha sido también fundamental para llevar a cabo la caracterización de las zonas verdes del término municipal de València, con especial hincapié en la “ciudad consolidada”. Y, por supuesto, los actos de participación ciudadana que la pandemia del COVID ha permitido llevar a cabo.

 

Esta primera etapa se dará por cerrada tras las aportaciones que el grupo motor realice a este análisis, siempre con el objetivo de conseguir un diagnóstico lo más completo posible para desarrollar en la siguiente fase las propuestas de mejora.

 

Parc de la Rambleta

 

Algunas conclusiones relevantes

 

De entre todos los datos reunidos, sistematizados y analizados, aquí se plasman algunas conclusiones de carácter generalista que pueden resultar interesantes. Sobre ellas y muchas más se trabajará en la segunda fase, donde los datos serán la base de las propuestas que puedan ayudar a mejorar la infraestructura y biodiversidad de València

 

Tipologías y superficies de zonas verdes: una de las principales labores realizadas en el proceso de análisis ha sido la de la identificación y catalogación de todas las zonas verdes de la ciudad.

 

Se han considerado zonas verdes no sólo los grandes parques y jardines de ciudad y los parques de barrio, si no también los jardines de equipamientos educativos, culturales, cementerios, etc; las grandes avenidas y bulevares ajardinados o los jardines comunes de residencias particulares, entre otros.

 

Todas las zonas verdes en el ámbito estrictamente urbano que se han considerado “formales”, es decir, aquellas cuya gestión es responsabilidad directa de algún organismo público, suman una superficie aproximada de 594 hectáreas. A esta superficie verde habría que añadir la que aportan los espacios naturales protegidos (PN Albufera y Turia) y los terrenos agrícolas protegidos por el PAT de la Huerta de València, que tienen una superficie total aproximada de 8.122 hectáreas.

 

Superficie verde por habitante: este indicador se refiere a qué superficie de espacio verde está disponible por habitante. La conclusión es que es muy variable en función de los 88 barrios que componen la ciudad.  

 

En el término municipal de València 24 barrios presentan valores por encima de los 10 de superficie verde por habitante, un valor que puede considerarse como deseable; aunque otros 14 están por debajo de un crítico 2,5 m²/hab. Como contrapunto, barrios urbanos como Campanar, Penya-roja o Trinitat, destacan al pasar de los 15 m² de superficie verde por habitante

 

En línea con esta conclusión se pueden extraer también datos sobre la accesibilidad a esos espacios verdes. Todas las personas censadas en la ciudad (al menos en su núcleo urbano más consolidado) disponen de un gran parque de ciudad o de un parque de barrio a menos de 15 minutos caminando (o un kilómetro) desde su lugar de residencia. Es más, alrededor del 90% de la población lo tienen a 250 metros de distancia de su casa. En el caso concreto de grandes parques y jardines de ciudad, allí donde los servicios ecosistémicos que ofrecen las zonas verdes se encuentran en mayor abundancia, alrededor del 82% de la población censada en València lo tiene a una distancia máxima de un km.

Superficie verde por habitante: este indicador se refiere a qué superficie de espacio verde está disponible por habitante. La conclusión es que es muy variable en función de los 88 barrios que componen la ciudad.  

 

En el término municipal de València 24 barrios presentan valores por encima de los 10 de superficie verde por habitante, un valor que puede considerarse como deseable; aunque otros 14 están por debajo de un crítico 2,5 m²/hab. Como contrapunto, barrios urbanos como Campanar, Penya-roja o Trinitat, destacan al pasar de los 15 m² de superficie verde por habitante

 

En línea con esta conclusión se pueden extraer también datos sobre la accesibilidad a esos espacios verdes. Todas las personas censadas en la ciudad (al menos en su núcleo urbano más consolidado) disponen de un gran parque de ciudad o de un parque de barrio a menos de 15 minutos caminando (o un kilómetro) desde su lugar de residencia. Es más, alrededor del 90% de la población lo tienen a 250 metros de distancia de su casa. En el caso concreto de grandes parques y jardines de ciudad, allí donde los servicios ecosistémicos que ofrecen las zonas verdes se encuentran en mayor abundancia, alrededor del 82% de la población censada en València lo tiene a una distancia máxima de un km.

 

Las zonas verdes aportan numerosos beneficios al ecosistema urbano de la ciudad de València: se ha podido constatar como las zonas verdes urbanas y periurbanas, así como el arbolado viario, repercuten directamente sobre la mejora del equilibrio ambiental y, por lo tanto, sobre la calidad de vida de sus vecinos y vecinas.

 

Entre estos beneficios, conocidos como servicios ecosistémicos, se ha comprobado como las zonas verdes presentan una temperatura media mucho menor a la de las superficies impermeabilizadas, con lo que aminoran el efecto isla de calor; atraen y dan cobijo a fauna deseable para el mantenimiento de los ciclos naturales; participan en la consolidación de una infraestructura verde a escala territorial; o favorecen la infiltración de agua de lluvia en niveles subterráneos, particularmente necesaria durante episodios de precipitaciones extremas cada vez más frecuentes.

 

Parc de Capçalera

 

Dotaciones y equipamientos: igualmente, las zonas verdes de la ciudad analizadas mediante trabajo de campo presentan numerosos equipamientos, como zonas de juego, áreas de socialización canina, circuitos deportivos de la tercera edad, circuitos de calistenia, entre tantos otros, que aportan beneficios de tipo social y cultural.

 

Prácticamente la totalidad de los grandes parques y jardines del territorio analizado presentan equipamientos de diversos tipos. Esto se traduce en grandes beneficios socioambientales, o lo que es lo mismo, estos parques y jardines producen beneficios sociales más allá de los puramente ambientales. El antiguo cauce del río Turia es un claro ejemplo donde se acogen múltiples usos en un mismo espacio: culturales, deportivos, lúdicos, etc

 

Parc de Morvedre

 

Dinámica participativa con el grupo motor para la validación del análisis

 

La tarde del martes 19 de abril se llevará a cabo la dinámica participativa en que el grupo motor constituido para el seguimiento del Plan Verde y la Biodiversidad valide el trabajo de análisis y diagnóstico elaborado por parte del equipo técnico. En este acto de participación se expondrán con mayor detalle las principales cuestiones recogidas en el análisis y se animará a las personas participantes a ofrecer su visión experta sobre ellas. 

 

Para ello, se recurrirá a una dinámica participativa apoyada en una serie de paneles que sintetizan la información recogida en el documento de análisis relativos a cuatro grandes bloques de trabajo: marco normativo y estratégico; infraestructura verde y arbolado viario; zonas verdes y servicios socioambientales; y, por último, participación ciudadana y divulgación.

 

Las aportaciones que resulten de esta sesión serán incorporadas al documento de análisis y diagnóstico, dando así comienzo a una nueva fase del Plan Verde y de la Biodiversidad:  la propositiva. En esta segunda etapa el foco se pondrá en cómo solventar aquellas problemáticas que se hayan podido identificar y cómo fortalecer las prácticas que han dado buenos resultados. Y todo ello con un objetivo claro, el de mejorar la resiliencia del ecosistema urbano y el definir la relación que la ciudad de València aspira a tener con el verde y la biodiversidad.